viernes, 29 de mayo de 2015

Del Bolso a la Pañalera

Debo aceptar que cuando nació mi primer bebé hubo algunos cambios que no esperaba, sí, sabía que las horas de sueño se reducirían, y sí, sabía que "mi tiempo" iba a dejar de ser mío, no me malinterpreten, es algo que con gusto acepté, hubo muchas sorpresas, por ejemplo, aunque suene lógico, no pensé que no iba a poder mantener una blusa limpia durante todo el día sin manchas de leche, vómito de bebé o algunas de sus gracias embarradas en mi.

Pero entre todo eso hubo algo casi imperceptible, durante mis primeros 42 días de mamá (tiempo de mi incapacidad) no lo noté, ni lo pensé si quiera, porque estaba "recluida" en mi casa; pero solo bastó con la primera semana que me fui a trabajar para saber que debía renunciar a mi bolso de mano, no soy fanática de llevar conmigo todo un arsenal, pero debo aceptar que me gusta llevar al menos un libro, algo de maquillaje, tal vez perfume, hilo y aguja, aquellos "paquetitos" rosas por si alguna emergencia, mi cartera, un chocolate (me encanta), bolígrafo y un cuaderno, y por si las "moscas" una navaja multiusos (lo bueno es que no soy fanática) bueno.

Como decía, bastó la primer semana de ir al trabajo para saber que no iba a poder llevar todo eso más la pañalera de mi bebe, el transporte público una pesadilla, subirme a un taxi toda una hazaña, lograr sentarme sin aplastar alguna de las dos, definitivamente imposible. Así que comencé a utilizar una bolsita en la que solo cabe un diminuto monedero, mis llaves, mi celular y mis credenciales y si quería llevarme algo adicional lo metía en la pañalera y listo.

¿Suena vanidoso? ¡Lo es! pero díganme apoco no es hermoso cargar con tu "kit" básico Lo realmente triste es cuando en la mochila del bebé no cabe lo que necesitas, y buscas espacio y dices: "Tal vez si dejo tal cosa pueda llevarme....." ¡Pero no! porque sabes que todo lo que llevas ahí dentro puede llegar a ser necesario para el bebito, así que lo que queda es resignarte. También puedes optar por usar una de esas hermosas pañaleras que parecen bolsos, pero no hay que engañarnos, la verdad es que no nos pertenecen.

Mi consejo: Aprende a ser práctica, no te queda de otra (Si Chelito te lo digo a ti, Chelito es mi hermana para futuras referencias) no cargues con tantas cosas, porque en un momento dado o cuidas mochilas o cuidas bebe, obvio lo segundo es mas importante, además ¿Qué necesidad hay de casi morir en el intento de ir de tu casa al trabajo y viceversa? sin mencionar que toda la gente al rededor te maldice porque ya los golpeaste, o te atoraste entre ellos y no puedes bajar en la estación que te c
orresponde (experiencia personal) así que hazte un favor y facilita tu vida.

Por último, los básicos de la pañalera:

  • Obviamente pañales, llévate al menos 3 más de los que normalmente ocupa en un día tu bebé, nunca sabes cuando se le va a ocurrir al pequeño usar de más o que alguno se te rompa y quede inservible (sí, eso pasa, hasta a las mejores marcas).
  • Toallas húmedas y pomada para las rozaduras.
  • Un cambiador. Aunque el restaurante, o el cine tenga cambiador, nunca falta la "chistocita" que deje sucio el lugar, evita a tu bebé ese tipo de situaciones.
  • Yo recomiendo 3 mudas de ropa, aunque cada quien tiene sus preferencias (no olvides calcetines).
  • Sus biberones, leche y en caso de que ya ingiera alimentos, sus papillas.
  • Agua.
  • Una perilla para sacar los moquitos, ellos son pequeños y no saben expulsarlos, lo que les dificulta respirar a veces.
  • Corta-uñas  (a los nenes les crecen rapidísimo y cuando te das cuenta ya tiene un rasguño en su carita).
  • Gel antibacterial.
  • Loción (¿A quién no le gusta abrazar a un bebé que huele muy rico?).
  • Algún juguete.
  • Una sabanita o cobijita extra, según el clima.
  • Y muy importante, si está enfermo no olvides sus medicamentos y si puedes un termómetro (esencial).

lunes, 25 de mayo de 2015

El Juguete Favorito

Ahora que soy mamá, observo más a los pequeños, cuando vamos por la calle, en el consultorio médico, en el supermercado, en el parque, etc. solía poner menos atención a los niños, pero ahora tengo dos lo cual ha despertado más en mi ese interés.

Lo curioso es que hasta ahora me doy cuenta que la gran mayoría de ellos siempre lleva por lo menos un juguete, cabe mencionar que no lo note hasta que mi propio hijo de dos años comenzó a llevarse los suyos a todas partes. La verdad es que al principio no estaba muy de acuerdo con la idea, ya que además de cuidar a mi hijo tenía que cuidar que sus juguetes no se perdieran; sin embargo después de un tiempo comencé a tomar ventaja de ellos.

La verdad es que para Deus sus juguetes favoritos (en este caso Woody y Buzz Lightyear o "tuti y po yaye" como suele llamarlos él) llegaron en un momento muy importante y de muchos cambios en la vida de mi hijo, como fue la llegada de su hermanito, la entrada a la guardería, el tiempo de dejar el pañal y el biberón, en fin, pero con esos nuevos amiguitos a su lado la verdad es que muchas de las tareas comenzaron a facilitarse ya fuera la ducha que tanto negara darse, o el hecho de que no quería comer y que al decirle: "Mira a Woody que bien se lo come" al menos probaba lo que hubiera en el plato, la tortuosa toma de la medicina  y ya ni hablar de convencerlo de sentarse en el bañito entrenador "Mira Buzz se sienta en su nica igual que tu". Nunca pensé que dos objetos de plástico pudieran hacer tanto por mi hijo

Es cierto que no podemos subestimar la importancia de los juguetes, un día frente a mi tía se me ocurrió decir: "Ash me choca porque ahora no nada más cuido a mi hijo sino a sus cochinos juguetes" y ella en tono de reproche me dijo: "Tampoco les digas así, porque ahorita para el son lo más importante en su vida" reflexionando no muy a fondo me di cuenta que tenía toda la razón.

En conclusión, puede que tu hijo cambie constantemente de preferencias, habrá veces que te desesperes porque hay un bulto extra en tu pañalera, o porque tienes que estar al pendiente de ese objeto cada instante (su ubicación, que no se dañe, que no se pierda cuando tu hijo se duerme en la calle, etc.) pero piensa que a tu pequeño(a) le da seguridad y lo acompaña, que es especial en su vida y no será toda la vida, así que el tiempo que dure esa fiebre hay que disfrutarlo.

Por último unos consejos:
  • Procura siempre tenerlo a la mano para que si necesitas salir de emergencia no te retrase la búsqueda del sagrado gatito musical, por decir un ejemplo (el de mi ahijadito).
  • Así sea la jirafa de peluche que todo mundo confunde con un dinosaurio (juguete favorito de Beto) o el famoso Dusty fumigavión (el nuevo consentido de Deus) no los olvides, ni los dejes en tu casa, porque el espacio que te ahorras en tu maleta del bebé no se compara con la angustia del berrinche que hace tu hijo al enterarse que no llevaste a su "tuti y po" a casa de su abuelita.
  • Trata de que el personaje que le guste y que veas tan mono en el supermercado para comprárselo sea adecuado a su tamaño para que tanto él como tu puedan manipularlo con facilidad.
  • Y por último y creo yo más importante, cuídalo, pero cuídalo mucho, en serio, como a una reliquia, evita a toda costa que se pierda, o se dañe y quede irreparable, porque ahí ni el mismísimo Buzz Lightyear en persona podrá rescatarte. Por suerte no me ha sucedido pero temo constantemente que ese día llegue.

domingo, 24 de mayo de 2015

Las ventajas de ser una mamá joven

Recuerdo que cuando era  niña veía todo lo que mamá hacía por mi y por mi hermana, soñaba con algún día ser yo quien cocinara, preparara los útiles escolares,  jugara y contara historias a unas pequeñas personitas, lo veía tan lejano pensaba "Cuando tenga 25 años me casaré y tendré a mi primer hijo a los 27 años". Ahora me río un poco porque no hice nada de eso, me casé a los 22 años, a los 23 tuve a mi primer hijo y ahora a punto de llegar a los 25 ya tengo un segundo bebé de meses.

En fin, reflexionando bien no me molesta ser una mamá joven, porque de verdad tiene sus ventajas ¿Cuáles? Bueno, estoy mas familiarizada con las cosas actuales, el tipo de caricaturas, películas, juguetes y gadgets que les encantan a los niños de ahora (debo aceptar que no voy de acuerdo con muchas de esas cosas, pero ese es otro tema).

También puedo saltar, correr y arrastrarme sin que todos los huesos de mi cuerpo crujan en señal de una amenazante fractura.

Puedo sentarme en el piso a ver como mi hijo juega con sus cochecitos sin gran esfuerzo al levantarme, y definitivamente tengo más energía, aunque eso no significa que a veces es agotador.

Me siguen gustando las cosas dulces y ácidas y las combinaciones extrañas de chilitos y chamoy.

Me gustan mucho las películas infantiles y no me canso de verlas aunque me pidan 4 veces la misma película en un solo día.

Sigo teniendo algo de niña y junto con mi esposo no nos da miedo hacer el ridículo siempre que consigamos hacer sonreír a nuestros hijos con nuestras payasadas.

Lo que me pone mas contenta es que, si Dios me lo permite, tendré mucho tiempo para verlos crecer y estar con ellos en cada paso que den, y ese será el mejor regalo.

A veces, cuando voy por la calle, la gente me mira como si fuera un pecado que tenga hijos a tan temprana edad (debo aceptar que mi apariencia no me ayuda demasiado, la mayoría me dice que luzco como alguien de 16 o 17 años) al principio esa actitud me molestaba y pensaba: "Tengo 23 que no lo entienden, y aunque fuera una chiquilla no es de su incumbencia nadie tiene derecho a juzgarme" ahora me lo tomo con mas calma porque pensándolo bien si estoy algo joven jeje (la mayoría de mis amigos ahorita piensan en irse de fiesta, en cuantas chicas van a ligarse, o si regresar o no con sus novios.... cosas así). 

Pero bueno, lo cierto es que cada quien decide cual es la edad más adecuada para tener hijos, y esta perfecto, hay veces que las cosas llegan inesperadamente y también sucede que a veces planeamos demasiado los acontecimientos, la única verdad es que nadie esta completamente preparado para ser padre.

Bienvenida

Cuando me enteré que iba a ser mamá por primera vez estaba muy contenta y emocionada, al mismo tiempo que confundida pero sobre todo aterrorizada. Tenía miedo, de no saber que hacer, de ser una terrible mamá, de que mi bebé no llegara sano, de lo desconocido; en fin llena de dudas e inseguridades pero inmensamente feliz. Pensé que era la única persona que se sentía así.

Ahora que tengo dos hermosos hijos sigo con miedo, no voy a mentir, pero durante este camino he conseguido ver que como yo, hay muchas mamis, inexpertas, inseguras de su labor, siempre pensando si lo que hacen es correcto para sus hijos pero sobretodo contentas y orgullosas de ser madres.

Decidí comenzar a escribir mi experiencia como madre porque quiero que otras mujeres logren identificarse y saber que no están solas, que las dudas las podemos compartir así como las alegrías y logros de nuestros pequeñines, sin mas por decir les doy la más cálida bienvenida a mi blog.