jueves, 29 de marzo de 2018

Unos minutos de paz

Sé que me he quejado un poco de las cosas van pasando y que de repente siento que me sobrepasan, lo acepto, el que soy débil, ero con la cabeza fría y pensándolo más a fondo creo que también he aprendido que no soy la única que se siente así. Soy una mamá común y corriente, la verdad no soy una super mamá como veo en ciertos lados, soy de lo más normal, bueno eso creo, veo por ahí, en varios grupos y en distintas redes sociales que muchas mamás hacen muchas cosas y conocen muchas cosas que yo ni me imaginaría, me gusta estar bien informada y leo bastante, pero no me obsesiono con las cosas, quiero que mis hijos disfruten de una niñez de lo más normal, sin reglas tan estrictas, sin nombres raros a cosas que para mi son completamente normales, de verdad a veces ocupan cada término para describir cosas muy sencillas, que me siento en un mundo extraño donde no pertenezco, sin embargo dentro de todas esas mujeres desconocidas hay algo que al menos en muchos casos tenemos en común, es la culpabilidad de sentirnos rebasadas por las situaciones que como madres se nos presentas, a veces por muy mínimas, ya sea que trabajen o no, ya sea que tengan estabilidad económica o que no les vaya muy bien en el camino, o bien que sean divorciadas, casadas, o solteras, en algún momento todas nos sentimos abrumadas de lo que pasa a nuestro al rededor. Así que supongo que no está tan mal, darte un respiro y buscar unos minutos de paz, muchas veces pensamos en que queremos más tiempo para nosotras, ya sea para cuidarnos físicamente, o consentirnos, o para desarrollarnos profesionalmente, queremos simplemente eso, tiempo, y siempre se nos hace imposible encontrarlo, porque estamos tan ocupadas, con los hijos, o esposos o casa o trabajo, y luego lloramos, nos quejamos, nos lamentamos y nos reclamamos por sentir esa necesidad. Pero me he dado cuenta que el tiempo está en cualquier momento, está en ese chocolate que nos comemos a escondidas (acéptalo, lo has hecho) está en ese momento en que entramos al baño en el que nuestro pequeño duerme, en el momento en que nuestros hijos van con su papá a la tienda por leche, también está en esa canción que escuchas cuando vas en el transporte público, y en ese chiste que lees en facebook, está en todas partes, incluso cuando estás tendiendo la ropa mientras inconscientemente cantas y sonríes, está en ese momento en que te acuestas en la cama y sientes la suavidad al dormir, incluso cuando has tenido un pésimo día. Así que tú, que no encuentras el momento indicado para sentirte tranquila contigo misma, disfruta de cualquier momento, incluso cuando te ves al espejo y sonríes indiferentemente, disfruta ese momento y esa pequeña porción de tranquilidad, y cuando juntes todos esos fragmentos, tendrás la paz que tanto anhelas.

sábado, 3 de marzo de 2018

La nostalgia: 5 años

Pues eso, en unos cuantos días mi pequeño totugueus cumple 5 años, no puedo creer lo grande que se ve y lo pequeño que estaba cuando lo vi por primera vez, cuando sentía que moría de amor por esos 2.3 kilos de humano, cuando llegó a revolucionar mi mundo y nos demostró que podíamos amarnos aún más de lo que ya lo hacíamos.

Con su inmensa luz, y con la alegría que nos ha brindado cada momento, vino a rompre cualquier duda y cualquier miedo y nos ha hecho siempre ir hacia adelante,

Es el niño más amoroso que conozco, es bondadoso, es muy propio, también es un torbellino de emociones y a todos lados que va lleva su alegría nata, saca una sonrisa a cualquiera que lo conoce y prococa que la gete se enamore de él.

Ese, mi pequeño, al que nadie le ha enseñado a ser tan grandioso, que simplemente nació con esa chispa y ese ángel dentro de él, lleva ya un lustro a nuestro lado y sigo sin poder creer lo rápido que ha pasado este tiempo, lo mucho que ha crecido y ha aprendido, ese niño que puede convertir mi día más nublado en el más claro está creciendo y no puedo con esa nostalgia, de que solo debo estar a su lado y guiar sus pasos durante este camino que va recorriendo a lo largo de la vida, y con la angustia de que el tiempo se me va tan fácil como el agua cuando tratas de detenerla con las manos.


Y tampoco puedo evitar sentirme tan feliz por que desde su llegada ha alegrado cada momento, por lo que ha visto y por lo que le falta por ver, porque no deja de sorprenderse con las cosas que descubre y a nosotros, sus padre, no nos deja de sorprender con cada cosa nueva que adquiere, me siento inmensamente feliz porque disfruta de todas las pequeñas cosas de manera tan natural, me llena el alma darme cuenta que es un niño contento, que sabe que sea donde sea que estemos, junto a su familia , siempre está en su hogar.

Así que pasando de largo la nostalgia ¡Feliz cunpleaños luz de mi vida! Diseñado por Freepik