sábado, 12 de mayo de 2018

Los pequeños corazones rotos

Pensé mucho tiempo si hacer o no ésta entrada para el blog, como siempre todo es desde mi punto de vista, y eso no significa que esté juzgando a alguien.

En los últimos año he visto un incremento constante de rupturas familiares, llamadas también divorcios. 

Siempre he pensado que cualquier cosa en la vida no se puede forzar, si algo, por más que lo intentes nunca funciona, simplemente no lo hará, y no se puede vivir infeliz toda la vida, estando con una persona con la que no llegarás a ningún lado.

A veces es así, porque la vida no es perfecta, porque las cosas no siempre son como las pensamos y como las deseamos y es triste, agobiante y tal vez en algún momento sientes que todo se derrumba pero tarde o temprano sales adelante. Sin embargo a veces no solo es cuestión de dos personas, en muchos casos las parejas que se divorcian tienen hijos y si hay algo en lo que creo firmemente es que en un divorcio los hijos son los que sufren más.

Solo puedo hablar de lo que he visto, no generalizo, algunas situaciones son muy tristes, sobre todo cuando los papás no están en buenos términos, a veces el enojo no nos deja ver con claridad, se olvidan de que ellos podrán dejar de ser pareja pero para un hijo su madre nunca dejará de serlo al igual que su padre, me parte el corazón cuando veo a un niño sufriendo porque tiene momentos contados para ver a alguno de sus padres, tiene horarios y días y no pueden disfrutar de una familia normal, el amor no se cuenta con la cantidad de una pensión, el amor no se puede medir en minutos, EL AMOR NO TIENE HORARIO.

Cuando somos padres, en ocasiones tenemos que hacer a un lado nuestros sentimientos para cuidar los sentimientos de nuestros hijos, no significa que tengas que soportar algo que no te hace feliz, solo que separes la relación esposa-esposo de la relación padre-hijo, no me puedo poner en el lugar de las personas que están sufriendo o pasaron por una separación, decir que los entiendo sería hipócrita y una mentira, pero creo que como adultos siempre hay formas de llegar a soluciones, también sé que hay casos (lamentablemente muchos) en los que se sufre maltrato o abuso y no se puede hacer nada por llevar una relación cordial, pero si se está en esa posibilidad creo que no hay que descartarla.

Si tu estás pasando por eso solo te pido que no envenenes el pensamiento de tus hijos, ellos sufren, no les impongas algo que muchas veces no comprenden, deja a un lado tus rencores si los tienes, y deja que disfruten a sus dos padres, ayúdalos a comprender que el amor no siempre funciona pero que eso no significa que una relación siempre debe terminar, a comprender que tal vez no se encuentre a la persona indicada al primer intento, que somos humanos y cometemos errores, pero que eso no nos define siempre como personas, que los asuntos de sus padres no tienen que definir como será su vida.

Muchas personas de grandes, hablo de hijos de personas divorciadas, no creen en las relaciones, ni en la familia, ni en el amor, y me da tristeza porque no se dan la oportunidad para darse cuenta que no siempre es igual.

Y bueno eso es algo que simplemente quería externar, la verdad es muy fácil hablar cuando no se está en los zapatos del otro, por eso es que desde un principio aclaro que mi intención en ningún momento es juzgar o señalar a nadie, por hoy lo dejaré aquí, porque a cerca de este tema tengo muchas inquietudes, así que tal vez después venga con otro punto de vista respecto a esto.

photo credit: ★ ★ ★ Love Hurts via photopin (license)

domingo, 8 de abril de 2018

El modo caracol

No, no es un método de enseñanza, ni una terapia psicológica, tampoco un proverbio o algo por el estilo, el modo caracol es el estado en que se encuentra mi hijo todas las mañana antes de ir a la escuela. Es que yo supongo que no es el único niño que actúa así, como sonámbulo y haciendo todo a la velocidad, precisamente, de un caracol, me inquieta a veces el hecho de que estamos apurados en la mañana y el con sus calmas, así que de nuevo, después de éstas dos semanas de vacaciones habrá que lidiar con eso. Lo que mas me preocupa es que estamos todavía adaptándonos al cambio de horario así que para nosotros será difícil, porque la verdad no somos de esas familias perfectas que se levantan muy temprano a hacer ejercicio, preparar jugo de naranja fresco en lo que el esposo se baña, preparar el desayuno en lo que el esposo cambia a los niños, sentándonnos a la mesa todos a desayunar para acudir cada uno a sus labores, no, definitivamente no somos esos, somos los que nos levantamos y en lo que nos vestimos estamos desayunando y... bueno, en fin un desastre, pero siempre cumplimos y llegamos justo a tiempo, es casi un milagro. Así que con todas las ganas regresaremos a la escuela y con toda la energía, bueno, la que se pueda lidiaremos con el modo caracol. ¡Feliz inicio de clases!

jueves, 29 de marzo de 2018

Unos minutos de paz

Sé que me he quejado un poco de las cosas van pasando y que de repente siento que me sobrepasan, lo acepto, el que soy débil, ero con la cabeza fría y pensándolo más a fondo creo que también he aprendido que no soy la única que se siente así. Soy una mamá común y corriente, la verdad no soy una super mamá como veo en ciertos lados, soy de lo más normal, bueno eso creo, veo por ahí, en varios grupos y en distintas redes sociales que muchas mamás hacen muchas cosas y conocen muchas cosas que yo ni me imaginaría, me gusta estar bien informada y leo bastante, pero no me obsesiono con las cosas, quiero que mis hijos disfruten de una niñez de lo más normal, sin reglas tan estrictas, sin nombres raros a cosas que para mi son completamente normales, de verdad a veces ocupan cada término para describir cosas muy sencillas, que me siento en un mundo extraño donde no pertenezco, sin embargo dentro de todas esas mujeres desconocidas hay algo que al menos en muchos casos tenemos en común, es la culpabilidad de sentirnos rebasadas por las situaciones que como madres se nos presentas, a veces por muy mínimas, ya sea que trabajen o no, ya sea que tengan estabilidad económica o que no les vaya muy bien en el camino, o bien que sean divorciadas, casadas, o solteras, en algún momento todas nos sentimos abrumadas de lo que pasa a nuestro al rededor. Así que supongo que no está tan mal, darte un respiro y buscar unos minutos de paz, muchas veces pensamos en que queremos más tiempo para nosotras, ya sea para cuidarnos físicamente, o consentirnos, o para desarrollarnos profesionalmente, queremos simplemente eso, tiempo, y siempre se nos hace imposible encontrarlo, porque estamos tan ocupadas, con los hijos, o esposos o casa o trabajo, y luego lloramos, nos quejamos, nos lamentamos y nos reclamamos por sentir esa necesidad. Pero me he dado cuenta que el tiempo está en cualquier momento, está en ese chocolate que nos comemos a escondidas (acéptalo, lo has hecho) está en ese momento en que entramos al baño en el que nuestro pequeño duerme, en el momento en que nuestros hijos van con su papá a la tienda por leche, también está en esa canción que escuchas cuando vas en el transporte público, y en ese chiste que lees en facebook, está en todas partes, incluso cuando estás tendiendo la ropa mientras inconscientemente cantas y sonríes, está en ese momento en que te acuestas en la cama y sientes la suavidad al dormir, incluso cuando has tenido un pésimo día. Así que tú, que no encuentras el momento indicado para sentirte tranquila contigo misma, disfruta de cualquier momento, incluso cuando te ves al espejo y sonríes indiferentemente, disfruta ese momento y esa pequeña porción de tranquilidad, y cuando juntes todos esos fragmentos, tendrás la paz que tanto anhelas.

sábado, 3 de marzo de 2018

La nostalgia: 5 años

Pues eso, en unos cuantos días mi pequeño totugueus cumple 5 años, no puedo creer lo grande que se ve y lo pequeño que estaba cuando lo vi por primera vez, cuando sentía que moría de amor por esos 2.3 kilos de humano, cuando llegó a revolucionar mi mundo y nos demostró que podíamos amarnos aún más de lo que ya lo hacíamos.

Con su inmensa luz, y con la alegría que nos ha brindado cada momento, vino a rompre cualquier duda y cualquier miedo y nos ha hecho siempre ir hacia adelante,

Es el niño más amoroso que conozco, es bondadoso, es muy propio, también es un torbellino de emociones y a todos lados que va lleva su alegría nata, saca una sonrisa a cualquiera que lo conoce y prococa que la gete se enamore de él.

Ese, mi pequeño, al que nadie le ha enseñado a ser tan grandioso, que simplemente nació con esa chispa y ese ángel dentro de él, lleva ya un lustro a nuestro lado y sigo sin poder creer lo rápido que ha pasado este tiempo, lo mucho que ha crecido y ha aprendido, ese niño que puede convertir mi día más nublado en el más claro está creciendo y no puedo con esa nostalgia, de que solo debo estar a su lado y guiar sus pasos durante este camino que va recorriendo a lo largo de la vida, y con la angustia de que el tiempo se me va tan fácil como el agua cuando tratas de detenerla con las manos.


Y tampoco puedo evitar sentirme tan feliz por que desde su llegada ha alegrado cada momento, por lo que ha visto y por lo que le falta por ver, porque no deja de sorprenderse con las cosas que descubre y a nosotros, sus padre, no nos deja de sorprender con cada cosa nueva que adquiere, me siento inmensamente feliz porque disfruta de todas las pequeñas cosas de manera tan natural, me llena el alma darme cuenta que es un niño contento, que sabe que sea donde sea que estemos, junto a su familia , siempre está en su hogar.

Así que pasando de largo la nostalgia ¡Feliz cunpleaños luz de mi vida! Diseñado por Freepik

martes, 27 de febrero de 2018

Los frijoles mágicos

Hace no mucho mi tortugueto cambió de psicólogo, la verdad no tenía mucha confianza, porque es muy difícil que mi nene se acostumbre a una nueva persona, cosa con la que también estamos trabajando. 

En fin cuando llegamos con la nueva doctora, sucedió lo que siempre me sucede, voltea a ver mi rostro, hace una pequeña mueca de desagrado y cambia totalmente su tono cordial con el que me saludó. Esto es porque me veo muy joven, pero no lo soy tanto ¡Tengo 27! casi siempre piensan que soy menor de edad ahí mi problema. Pero incluso si así fuera no considero que alguien tenga el derecho a juzgarme.

Comenzó a hacerme las mil y un preguntas de siempre, primero me dijo: "¿el niño tiene padre?" en serio, de todas las preguntas que pudo hacerme al principio ésta fue la que eligió, le respondí que sí, 
luego preguntó si es que vivía con el, misma respuesta, preguntó en que tipo de vivienda vivíamos, si estaba en buenas condiciones, si era madre trabajadora o ama de casa, si fue un hijo deseado y si fue planeado,  bueno una serie de preguntas más que cada vez me hacían sentir peor, ¿pues qué clase de persona nos creía? Después con la cabeza un poco fría decidí que ese era su trabajo, indagar en lo más profundo para ver el problema.


Nos dijo que no tiene establecidos límites, que somos muy consentidores, que nos dejamos manipular fácilmente por el, y que el tortugueto sabe que nos tiene en la palma de su mano -básicamente es lo que dijo- lo que a mi más me podía es que lo decía con tal seguridad que pareciera que siempre está en la sala de nuestra casa observando el comportamiento de todos.

No les haré más largo el cuento, dijo que empezaríamos con una terapia sensorial, con ¡frijoles! ni siquiera tenía idea de que se les podía dar un uso terapéutico. Primero no sabía si hablaba en serio, cuando comenzó a decirme en qué consistía todo tenía más sentido.

Me dijo que en su tina de baño, sin agua, metiera 3 kilos de frijol de diferentes colores, luego que lo metiera en ropa interior únicamente, y lo masajeara con los frijoles, que muy probablemente no le iba a gustar la sensación. Y el reto que tenía que cumplir es llenar un frasco frijol por frijol para incrementar su atención en algo. Amigos míos, con pesar les digo que no lo conseguimos, verán  al tortugueto no le interesa en lo más mínimo llenar el frasco, sin embargo eso no significa que fuera infructuoso que lo metiéramos a los frijoles, el tiene una forma muy suya de concentrarse en ellos, con su manita los toma y los separa y de todos me da el que él considera el más bonito, si encuentra uno mejor me lo cambia, así pasa largos momentos y a comparación de lo que yo creía le agradó estar ahí, él mismo pide que le hagamos la terapia y queda muy tranquilo y satisfecho después de hacerla.

Los frijoles no fue lo único que me recomendó, pero ha sido lo más relevante en estas semanas, de lo demás les contaré despues.

Por último, puede que la doctora tenga muy mala impresión de mi y que la verdad no me sea muy agradable, pero confiaré en que sabe lo que hace, ella es la psicóloga después de todo, así que le daremos una oportunidad.

Aquí termino mi reporte.

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domingo, 4 de febrero de 2018

Un fracaso de mamá

No, sé si sea la única que a veces llora inconsolablemente pensando en que todo lo que hace está mal ¿les ha pasado? Son de aquellos días que todo se junta, el trabajo, el estrés, incluso el clima y para variar algo relacionado a los hijos.

Con el más pequeño de mis nenes hemos tenido diversas dificultades desde que nació, a parte que como ya lo mencionaba tiene un carácter de los mil demonios, y es muy activo, demasiado tanto que a veces desespera hasta el más paciente, además -por así decirlo- tiene un diagnóstico provisional de TDAH y digo provisional porque todavía se está trabajando en encontrarla razón específica de su comportamiento.

Primero, estoy muy consciente que nadie tiene la obligación de soportar a un niño muy activo, enojón y berrinchudo, no lo pido, siempre trato de poner orden al comportamiento de mi tortuguito, de establecer límites, de evitar a toda costa que haga berrinches y si ya está haciéndolos controlarlo lo más pronto posible, juro que hago mi mejor esfuerzo, juro que no me pesa porque es mi hijo.

Sin embargo muchas veces esas cosas no funcionan, y para colmo parece que el totugueto sabe perfectamente cuando alguien es de mecha corta, en serio parece que tiene un detector y piensa “mmm... alguien por aquí no es muy paciente, voy a probar que tanto me logran soportar”

Y para empeorarlo todo no falta que en el momento en que están más sensible por todo lo que está saliendo mal, alguien “amablemente” te critique porque tú eres el responsable del comportamiento de tu hijo y de poner orden en su vida y pues sí, eso entre muchas cosas más hacen que a veces me sienta un fracaso de mamá.

Así que quería contarles un poco de como me siento algunos días, supongo que no solo a mi me pasará, pero lo que suelo hacer es llorar un rato (a veces son horas) dormir y descansar y al otro día borrón y cuenta nueva, me levanto, me sacudo el polvo y sigo adelante riéndome de mis propios fracasos e irreverentemente tratando de enfrentar las dificultades de ésta aventura que llamamos maternidad.

Hasta aquí mi reporte.


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domingo, 28 de enero de 2018

La terrible tarea y cómo lidiar con ella

Como les decía la vez pasada a mi tortugueus le cuesta mucho trabajo hacer la tarea, ya sea porque se aburre, porque se cansa, porque es muy repetitiva o simplemente porque es la tarea yb el piensa que podría estar haciendo algo más divertido con su tiempo, es todo un martirio.

Por suerte (o no sé como llamarle) en varios lados he leído y escuchado a varias mamás y papás el trabajo que les cuesta que sus hijos hagan la tarea, y seré sincera, en cierta forma eso me tranquilizó y alegró un poco, y no porqué esté bien, solo que pensé que no somos a los únicos que les pasa, en cierta forma te hace sentir más apoyado.

Así que bueno,nosotros decidimos tomar ciertas medidas con nuestro nene, debo comentarles que después de que sale del jardín de niños nos lo llevamos al trabajo y ahí pasa toda la tarde con nosotros hasta que al salir vamos por su hermano a la guardería, así que nosotros somos los únicos encargados de que haga la tarea, a veces se nos complica un poco por el trabajo pero hacemos lo que mejor podemos.

Bueno aclarando eso y el hecho de que no se me hace muy lógico que les dejen tantísimas tareas a un niño pequeño cuya atención es de  un  tiempo  limitado, confieso que aún estando en desacuerdo nosotros le dejamos muy claro que la tarea es su responsabilidad, así como la de mamá y papá es trabajar y mantener el hogar en orden, le recalcamos que tal vez no le guste pero que tiene que hacerlo, porque hay cosas que no nos gusta realizar pero está en nuestro deber hacerlo, así es la vida.

Lo entendió bien, pero eso no quiere decir que ya con eso gustosamente hacía la tarea, no, sería muy fácil si todo se solucionara así, así que eran horas de frustración y enojo, a veces nos desesperábamos, incluso ahora todavía nos pasa, pero ya es menos frecuente.

Así que lo primero que empleamos acción y consecuencia (en este caso mas bien era lo contrario a la acción) un día no llevó una de las planas que tenía que hacer y su maestra le puso una carita triste, eso lo hizo reflexionar un poco, le pregunté si siempre quería tener caritas tristes en su cuaderno y cargar con la pena de tener que decirle de frente a la maestra que no quería hacer la tarea, la respuesta obviamente fue NO.

Pero aún así le cuesta trabajo, así que después decidimos darle lapsos de 10-15, en 10 minutos hacía lo más que podía de tarea y quince minutos hacía algo que le gustara como jugar o ver algunos videos, después cambiamos los lapsos a 15-10, después 20-5 y finalmente terminaba una tarea completa y jugaba, terminaba otra y jugaba, últimamente le ha dado por hacerla toda de corrido para tener más tiempo para jugar, tamibén se ha dado cuenta que tarda más tiempo tratando de evitar realizar su trabajo que hacerlo muy rápido  tener tiempo de sobra para hacer las cosas que le gustan, ha sido poco a poco pero al menos ahora ya no le cuesta tanta voluntad. 

Cada niño tiene su ritmo, si tú estás pasando por lo mismo espero que algo de lo que mencioné te sirva, se necesita mucha paciencia, mucha comprensión y mucho aguantarse la risa cuando te sale con alguna ocurrencia para evitar hacer los deberes de la escuela, pero poco a poco entenderá que es su obligación, que el esfuerzo finalmente vale la pena y que no podemos andar por la vida con caritas tristes.

Hasta aquí mi reporte.

domingo, 21 de enero de 2018

La tortura de la maestra, o como la conocemos: La tarea

En 2017 entró mi tortugueus a segundo año de jardín de niños, y cuando iba a entrar me preocupaban cosas como: ¿Qué tal si no se adapta? ¿Y si va atrasado en conocimientos? ¿Y si llora? ¿Y si no le gusta? ¿Y si no aprende?. Muchas, muchas dudas e inseguridades, pero no, nada de eso, afortunadamente es un niño que socializa muy bien, le gusta aprender y de hecho aprende muy rápido, el único y pequeño problema (qué a veces parece enorme) es... sí justo lo que piensan LA TAREA.

En lo personal no soy mucho de criticar los métodos de enseñanza en las escuelas, tampoco me considero de esas mamás que victimizan a sus hijos haciendo a la maestra "la mala del cuento" y no, tampoco soy de la idea de que no les dejen tarea a los niños, en lo único que no estoy de acuerdo es la falta de creatividad, creo firmemente que la tarea es para reforzar el aprendizaje del niño en la escuela y para afirmar el hábito de ser responsables. Sin embargo creo que las formas de enseñanza están un poco empolvadas, se ha usado el mismo método durante años y en ocasiones da mucho que desear, en especial cuando mi hijo pasa casi 2 horas haciendo planas y no porque sean muy largas, el aburrimiento y la monotonía hacen que se vuelvan interminables.

Y seamos sinceros si a nosotros llegan y nos dicen, tienes que hacer 3 planas de "x" fórmula de excel decimos: no gracias.

La verdad es que no estoy de acuerdo con que pongan a un niño a repetir como perico mientras está sobre un cuaderno con un lápiz adormeciendo su mano, hay otras maneras, como utilizar recortes, materiales reciclables, manualidades, canciones, dinámicas con movimientos y palabras, tarjetas educativas yo que sé, a mi parecer deberían concentrarse en que los niños sepan primero lo que están escribiendo y si a eso le sumamos que es muy repetitivo, la escuela para el pequeño se vuelve todo un tormento, y lo que sucede después es que hay frustración de parte del alumno y los padres, apatía hacia los deberes de la escuela, y señalamiento por parte de los maestros porque "el niño no quiere trabajar en clase" y cuando le pregunto a mi hijo ¿qué hizo en la escuela? El responde: la plana de la letra tal, la plana de cursiva, la plana de matemáticas y la plana de inglés para luego encontrarme con la sorpresa de que en la mochila vienen más de esas tortuosas planas que hasta a mi me hacen llorar.

Y por cierto que quede claro que no generalizo ni afirmo que todas las escuelas y maestros sean lo mismo, el tortugueus actualmente asiste a una escuela privada y por recomendación de su educadora de la guardería estamos planteándonos seriamente cambiarlo de escuela (tal vez a una pública). 

Pero bueno, como decía no soy una madre muy solapadora, así que le expliqué a mi tortuguito que es su responsabilidad y que a veces hay que hacer cosas que no nos gustan, así es la vida. 

Y para no hacerlo más largo en el próximo reporte les contaré las mil y un formas para hacer la tarea que hemos empleado con nuestro nene. 

Hasta aquí mi reporte. 

miércoles, 17 de enero de 2018

Don Berrinchitos


Bueno pues solo para ponerlos al tanto mis tortuguitos ya están muy grandes, bueno aún son tortuguitos, mi torgueus casi cumple 5 y mi tortugueto acaba de cumplir los horrorosos 3.

Lo que me lleva al tema que vengo a platicar, y es que no está tan mal tener 3, claro, pero eso cambia totalmente cuando hablamos del tortugueto, y es que ¿cómo decirlo? el más pequeño de mis tortuguitos tiene desde muy chiquillo un carácter "difícil" y cuando digo difícil me refiero a endemoniado.

Lidiar con su mal carácter puede llegar a ser una hazaña, porque una cosa muy pequeñita puede hacer que se desaten las mismísimas llamas del infierno, bueno, no es para tanto pero creo que se podrán imaginar lo que pasa cuando se le dice la palabra más odiada: "No".

Les explico un poco, primero que él es el más pequeño, así que tiene un hermano defensor todo terreno, segundo desde pequeño fue un poco enfermizo, así que lo cuidábamos demasiado (sí, sobreprotegido) y por último desde pequeño tiene un carácter muy fuerte, si suman todo eso, tienen un pequeño monstruo destruye planetas.

Pero en fin, su educadora muy preocupada me mandó llamar un día para ponerme al tanto del comportamiento de mi hijo, y es que no solo eran berrinches de esos en los que parecen poseídos y necesitan un exorcista, no, era cosa de que se enojaba y comenzaba a golpearse la cabeza contra el suelo, nada tonto, no lo hacía tan fuerte para no lastimarse pero sí para alarmar a los demás (tal vez está mal que yo lo diga, pero siempre admiré su flexibilidad para que aún parado su cabeza pegara en el suelo, lo siento tenía que decirlo).
La educadora me dijo que era algo muy alarmante, a parte de los golpes no quería hablarle a nadie, ignoraba triunfalmente a todas las maestras de la guardería, parecía como si sólo el estuviera en la estancia y hacía lo que le venía en gana.  Me preguntó si lo maltratábamos, si teníamos problemas en nuestro matrimonio, si habíamos sufrido una pérdida bueno para no hacerla larga me hizo un interrogatorio completo y pensé (éste chamaco ya les agarró maña) porque casualmente y aunque su vocabulario no era muy extenso en la casa no paraba de hablar, cuando quería hacer berrinche lo parabamos al instante (no negaré que a veces si eran incontrolables) y bueno muchas de sus conductas no tenían nada que ver con las que la educadora me mencionaba, sin embargo le hice caso de llevarlo al psicólogo el cual me dijo que algo que le iba a ayudar mucho era ampliar y mejorar su lenguaje para podernos entender entre nosotros. Y la verdad es que funcionó perfecto, ahora que ya habla un poco más puedo explicarle porque puede o no hacer las cosas, porque debe hacer ciertas tareas y porqué no está permitido que se comporte de ciertas formas y él también ya me dice qué es lo que quiere, lo que le gusta y lo que no, y con todo esto aunque ya nos entendamos mejor, aunque ya habla más, aunque ya interactua con las demás personas, que ya obedece un poco más, aún así, con todo eso, cuando algo de lo que el quiere no se puede o no se debe hacer se desencadena toda una guerra donde el sobreviviente es el más fuerte y debo confesar que hay batallas donde ganamos y otras donde simplemente levantamos la bandera blanca. 

De regreso...

Después  años de no escribir, decidí que era tiempo de regresar, no me malentiendan no es porque no quisiera, simplemente es que no tengo tiempo.


En fin, lo que realmente pasa es que tengo  tiempo, el día no me ronde y para colmo soy de esas personas que quieren hacer todo a la vez. Pero definitivamente escribiré más seguido porque de verdad me encanta, incluso si mis palabras llegan solo a una persona.


Bueno, por hoy eso es todo, prometo no ausentarme tanto de nuevo para seguir compartiendo mi aventura de mamá.