domingo, 6 de noviembre de 2016

Corrige a tiempo

Después de un largo tiempo de no escribir, lo siento por eso, decidí escribir acerca de este tema.

En la naturaleza de los niños es normal la curiosidad, las travesuras, la frustración, los berrinches, el llanto, la actividad constante entre otras cosas. Hasta ese punto vamos bien. El problema es cuando no hay límites y se da rienda suelta.

A veces consentimos de más a nuestro hijos en casa, sin darnos cuenta de que no se comportarán únicamente así en nuestro hogar ni con su familia, en algún momento nuestros pequeños saldrán al mundo a conocer más personas y yo creo que la mayoría de nosotros como padres deseamos que les sea fácil socializar y desenvolverse con otras personas. 

Pienso que cuando hallamos un problema es mejor tratar de solucionarlo desde el principio, todos, de verdad todos los problemas que al principio son pequeños con el tiempo se vuelven más grandes, a veces al ver ciertas actitudes y acciones de nuestros hijos no les tomamos suficiente importancia porque pensamos que están muy pequeños (pequeñas personas, pequeños problemas) pero los valores, los hábitos y la forma de actuar con lo que les rodea son cosas que se aprenden en los primeros años de vida.

Supongo que a todos nos ha pasado, al menos una vez, que cuando alguien llega con su hijo (o su "monstruito") te causa algo de pesar, y no solo a ti, también a las demás personas que estén en ese sitio, ya sea porque el niño es grosero, agresivo o irrespetuoso. A ésto es a lo que yo llamo un niño indeseable. Y esto pasa más seguido cuando tienes hijos, porque díganme ¿a quién le gusta que golpeen o insulten a su hijo? A nadie.

Por eso precisamente es que decidí hacer este post. Yo no voy a mentir diciendo que mis hijos jamás han agredido a otro pequeño pero cuando veo algo que está mal, trato de corregirlo de inmediato, porque no quiero que cuando lleguen a la casa de algún familiar o algún conocido las personas del lugar hagan una sonrisa fingida al tiempo que piensan: "aquí van las 3 horas más largas del día"y tampoco quiero que me dejen de visitar a causa de que mi hijo es insoportable.

Nuestros hijos ante nuestros ojos puede que sean perfectos, por eso es que no nos damos cuenta o no entendemos como a otras personas les podrían desagradar. 

Pero analicemos, si mi hijo no respeta las cosas de los demás, si es grosero con las personas que le hablan, si es agresivo (dígase que muerde, pega, pellizca, empuja, escupe o alguna otra cosa de ese tipo) si se burla, o trata de aprovecharse de su tamaño (sea grande o pequeño) es obvio que nadie querrá estar cerca de él. 

Así que aquí van mis consejos: 
  • No permitas que tu hijo te golpee, si no respeta a sus padres ¿crees que respetará a las demás personas?
  • Por otro lado si ves que tu hijo golpea a alguien aunque a ti no te lo haga, también corrígelo.
  • No dejes que destruya las cosas que no son suyas.
  • Enséñale a responsabilizarse de sus acciones, aunque estén pequeños saben muy bien cuando lo que hacen no está bien.
  • No le enseñes a decir groserías, ni vulgaridades, ni tampoco chistes de doble sentido. Para ésto empieza tú por no hablarle así.
  • No le aplaudas cuando esté haciendo algo malo, cuando tu te ríes de que está diciendo una grosería, de que esta molestando a su hermanito, de que le está alzando la falda a su tía, él piensa que es algo bueno que hace feliz a mamá y papá o a los abuelos.
  • Cuando vayas a casas ajenas, no dejes que el ande por donde quiera, vigílalo y cuida las cosas de esa casa.
  • Enséñale que no todo se resuelve con violencia.
  • Enséñale a compartir.
  • También que respete a los animales.
  • No le dejes ganar en todos sus caprichos, esto es muy difícil porque cuando están en pleno berrinche ni quien los pare, pero saben que al hacer eso consiguen lo que quieren, si los dejas ganar ya te tienen amarrado.
  • Trata de que no vean cosas que no sean adecuadas para su edad.
  • No los hagas niños dependientes de la tecnología, ya que de eso depende mucho que socialicen con las demás personas.
  • Trata de estar menos tiempo con tu celular y más con tu hijo.
  • Juega con él, muchas veces sus comportamientos desagradables son un grito silencioso de que necesitan más atención y cariño.
  • No lo reprendas en frente de todos, porque eso sólo va a hacer que se avergüence, lastimaras su dignidad y lo peor es que no solucionará nada.
  • Sí, que respete, pero sobretodo que se respete a él mismo.

Aclaro que son consejos, cada quien es libre de educar a sus hijos como mejor le parezca, pero creo que al final el objetivo de todos los padres es el mismo.


lunes, 27 de junio de 2016

Los abuelitos

He notado que cuando vienen las abuelitas hay un cambio drástico en el comportamiento de mis hijos, la verdad no creo ser la única a la que le pase, pero es que de verdad el cambio se nota a simple vista.

Y es que  todos sabemos que en su mayoría, los abuelos son los principales consentidores y defensores de nuestros hijos, así que ellos muy inteligentes saben tomar ventajas de esto, si de verdad que son inteligentes.

La verdad es que me hace mucha gracia, sin embargo no por eso dejaré de quejarme, ya saben hay que hacer un poco de drama, las mamis tenemos derecho de vez en cuando.

Así que hoy mencionaré algunas de las cosas que suceden cuando están los abuelos (y vaya que a mis hijos les sobran abuelitas, porque abuelo sólo tienen uno). Apuesto a que más de uno se identificará con alguno.

1. No te hago caso porque tengo respaldo.


Éste en especial es el principal "problema" que se presenta, saben de antemano que hay alguien ahí que los respalda, alguien que tiene autoridad sobre nosotros ya que son nuestros padres, en especial nuestras madres, y aunque estén muy pequeños se dan cuenta de cuando nos reprenden por llamarles la atención a nuestros hijos o por falta de paciencia o yo que sé; así que se sienten con la libertad de hacer lo que les venga en gana, pero ¡No señor! la verdad es que no me enojo, a veces me frustra un poco ésta situación, pero al menos ya he hablado con mi mamá y con mi suegra de que si tienen algo que decirme lo hagan cuando no estén en frente mis hijos, y tampoco que intervengan cuando les llame la atención, en pocas palabras que no me desautoricen, y ha funcionado bastante bien, al principio no les pareció mucho pero les traté de hacer recordar cómo les iba a ellas con ésta situación.

2. Castígame, abuelita lo quita enseguida.


A veces cuando ponemos una pequeña penitencia como: "no hay dulces" o " no hay televisión" o "quédate ahí sentado", llega la superheroína de nuestro niño y dice ven papito (mamita) ¿qué te pasó? acuérdate que debes obedecer a papito para que no se enoje, ven te voy a dar (aquí pongan lo que sea que le hayan prohibido a su hijo)  pero prométeme que la próxima vez vas a obedecer. ¿Qué? mis niños de menos de 4 años ni siquiera saben lo que significa prometer algo, así que claro que no lo cumplirán pero claro ahí estan las abuelitas.

3. Mis ojos de cachorrito convencerán a la abuelita.


Ésta situación es muy fácil de entender, "no consigo algo con mamá o papá, blanco fácil: la abuelita (o) a ver, dile que no" así que sólo les basta para ponerles una mirada tierna, a veces con lágrimas por salir, para que caigan en sus pequeñas redes de chantajistas expertos, pequeños pillos se salen con la suya. 

4. Me levanto de la mesa, claro que sí.


Bueno, con ésto casi lloro jeje es que de verdad con mis hijos me cuesta muchísimo trabajo que coman bien, y hay veces que todo va viento en popa les gusta lo que están comiendo, están bien sentados en la mesa,  y a los abuelitos se les ocurre decir: ven mi hijito. Así que muy obedientes van con ellos, les hacen sus mimos, prueban su comida y la cereza del pastel es que les prometen "si te comes todo te daré alguna golosina" claro que el niño está más emocionado por el premio que por la comida, y todavía le sumamos que ya está distrayéndose con algo así que hora de la comida, adiós. Y para rematar todavía le dan el premio prometido, lloro....


5. Si está abuelita, no es hora de dormir.


Ya sea que estemos en nuestra casa o de visita en casa de abuelita, parece que su reloj se recorre a más no poder y se duermen a la hora que les dá la gana, y por muchos intentos que hagamos, no hay forma, no me molesta cuando es fin de semana ¡pero en domingo o entre semana! no por favor, es todo un caos, porque el lunes no se quieren levantar, nosotros estamos mal descansados, se nos hace tarde ¡Tengan piedad! ellos como quiera se pueden dormir en la guardería pero nosotros en el trabajo no.


6. Disciplina ¿Qué es eso?


Muchas veces llevamos trabajando toda una semana en que nuestro hijo aprenda algo, ya sea dar las gracias o pedir las cosas por favor, o enseñarle palabras cuando empiezan como dame o leche, o que no haga todo lo que ven los demás, o comer con cubiertos. Es uy difícil enseñarle cosas buenas a nuestros hijos y que se les quede y luego nos angustia mucho ver como, en ocasiones, en un fin de semana se derromba todo ese esfuerzo que hicimos, porque los abuelitos dan a manos llenas, o porque dicen que los nenes son pequeños y que no es tan necesario que aprendan las cosas tan rápido.

Pero bueno después de esta larga lista de quejas sólo me queda algo por decir a los abuelitos de mis niños, y es ¡Gracias! gracias por que mis hijos pueden encontrar en ti al protector que llegará a salvarlo de sus papás, al confidente, al cómplice, al que le tenga toda la paciencia del mundo, al que no lo va a reprender porque rompió algo, al que tenga todo el tiempo del mundo para escuchar sus historias y canciones hermosas, al que le dará chocolate caliente las veces que él lo quiera, al que le cuente historias fantásticas, al que le alegrará el día con cosas tan sencillas que existen.

Y lo que tenemos que hacer nosotros como papás es aceptarlo y no enfadarnos, dicen que los abuelos consienten porque cuando tuvieron a sus hijos se tenían que enfocar más en hacerlos gente de bien que en consentirlos ya que no había mucho tiempo para ello, ahora es su tiempo, porque en lo único que deben preocuparse es en darles muchísimo amor a sus nietos, mimarlos y estar ahí para ellos, y sobre todo disfrutarlos. Así que abuelos sigan haciendo lo que mejor saben hacer: consentirlos, ya que nuestro trabajo como padres es educarlos, ya tendremos nuestro tiempo para hacer lo mismo que ustedes cuando lleguen nuestros nietos.


Familia de vector diseñado por Freepik

martes, 21 de junio de 2016

Las compras con los pequeños

Entras a la tienda con la mentalidad de comprar solo pañales, toallitas húmedas y leche para tu pequeño, pero al final de las compras llevas además galletas, verduras o frutas, jugos o agua, cereal, tal vez un juguete que se pegó por ahí y quien sabe cuantos artículos más que se colaron en tu carrito sin piedad ¿te suena familiar la escena?

Y es que parece que cuando entran al súper es como si entraran al parque de diversiones, todo les llama la atención, todo se quieren comer, todo les gusta (ahí sí les da mucha hambre, pero que tal en la casa) y sí, vas pensando en que sólo comprarás lo esencial pero no, siempre algo más se adhiere a ti, y más cuando los peques ya son más grandes, comienzan a hablar y con eso a pedir, ya no les das exactamente lo que tú crees que es un aperitivo, sino que les das algo que de verdad sabes que se les antoja y que sabes que se comerán, aquí es cuando tienes que tener auto-control, porque son todo para nosotros y queremos regalarles el mundo para tenerlos felices pero eso no siempre es lo correcto. Y sí, no está mal consentirlos de vez en cuando, pero hay límites.

A mi me cuesta bastante trabajo, porque no sólo a ellos se les antojan las cosas, también a los papás se nos antojan y aquí es donde comienza la verdadera batalla, y claro, después de las cuentas siempre vienen los arrepentimientos, yo le llamo CCMG (complejo de culpa de la mamá gastalona) así es amigos lo acepto :(

Pero la verdad es que me encanta ir de compras con mis peques, ya es como una pequeña rutina, primero pasamos al área de bebés para los pañales y esas cosas, luego vamos al área de los cereales, galletas, leche en polvo, luego al área de los lácteos y carnes, luego al área de los antojitos y finalmente pasamos a la zona de juguetes a verlos porque a mis hijos les encanta, de vez en cuando compramos alguno, eso sí, si uno lleva el otro también, a veces solemos comprar un cochecito a cada uno, solo para quitarles la espinita , se van felices y no cuestan más de 20 pesos así que es una buena opción, claro que a la fecha ya tenemos como 100 jeje pero les siguen encantando.

En fin, siempre hay que disfrutar todo lo que hacemos y las compras no deben ser la excepción, es un ratito más que se comparte en familia.

photo credit: Fast and Furious en el Mercadona via photopin (license)

lunes, 13 de junio de 2016

El drama de la medicina

Sufrimiento, temor, asco y sometimiento son algunas de las cosas que nuestros hijos experimentan a la hora de la medicina ¿ah no? mmm.... entonces sólo me pasaba a mi. Bueno la verdad es que no sé si sólo los niños que conozco son los únicos que cuando toca la medicina parecen poseídos de verdad pareciera que tiene uno que llamar al exorcista para poder controlarlos, y luego la fuerza que tienen, es increíble que una persona que no pesa más de 15 kilos pueda ser tan difícil de contener.

Cuando mi niño estaba más pequeño era todo un drama darle la medicina, y es que a penas veía el vasito dosificador y desaparecía de la vista, pataleaba, lloraba, gritaba desesperadamente, se retorcía y a veces nos daba miedo lastimarlo porque prácticamente había que forzarlo a tomarla, era muy frustante (con mi niño pequeño no había sido muy diferente) un día -después de que en la toma anterior de ese mismo día había hecho un berrinche tan grande que hasta vomitó la medicina y que le tuvimos que dar de nuevo las dosis- me paré frente a él con el vasito en la mano y le dije:

Vamos a hacer esto de la buena manera, tú te la tomás solito sin que papá y yo tengamos que sostenerte y todos felices ¿sí? ¡por favor!

Fué casi una súplica pero increíblemente funcionó, al instante agarró el vasito, introdujo el medicamento en su boca y lo pasó sin mayor problema, quedé realmente sorprendida y muy feliz y orgullosa de no rendirme.

Porque sé que a veces es muy difícil darles el medicamento a los niños, tanto que a veces como papás preferimos las aterradoras inyecciones, que si bien no son malas a ellos les duelen mucho, y aunque sea solo por un rato siendo tan pequeños ellos y a veces inexpertos nosotros podemos llegar a lastimarlos, a veces los llevamos a que se las apliquen pero muchas veces las infecciones no estan tan fuertes y con un poco más de perseverancia podríamos evitarles el dolor.

Cabe mencionar que desde ese momento no he tenido ya muchos problemas para darles los medicamentos, bueno con mi niño más pequeño seguimos trabajando en eso.

También hemos probado varias formas para darles la medicina, porque de verdad que hay muchas que tienen un sabor espantoso que ni siquiera yo tolero mucho, y en esos caso uno tiene que buscar la forma, lo que sí, no es muy recomendable ponerlo en algún alimento liquido como jugo o leche (ya lo he hecho debo confesar) porque muchas veces detectan el sabor de  la medicina y ya no se la toman asi que desperdicias 2 cosas.

Nosotros hemos probado darle rápido la medicina y después darle algún líquido que le guste, dejar que se lo tome de una jeringa, ya que les gusta mucho ver como van jalando el émbolo al succionarlo y tratar de hacerlo más rapido, claro que es mejor cuando tú estás de porrista, hablar con él también funciona muy bien porque aunque está pequeñito si le explicas que es para que se le quite el dolor (o cierto padecimiento) es un poquitín más facil que acceda a tomársela.

Bueno con lo que sí no hemos tenido mucho éxito aún es con aplicar las gotas de los ojos, así que cuando se las ponemos le da mucho sentimiento, pero lo apapachamos un rato y se le pasa.

En fin lo importante es que si le das la medicina sabes que es porque lo amas mucho y quieres que esté bien, así que si te queda un sabor amargo de culpabilidad piensa que es por su bien y dale mucho mucho cariño.


miércoles, 30 de marzo de 2016

Complicidad fraternal

En mi post anterior hablaba de las "salvajes" peleas que ocurren entre mis hijos, pero ahora voy a hablar del otro lado de la moneda. Y es que puede que cuando se disputan un juguete, una galleta, una hojuela de cereal (sí, una hojuela) sean los peores enemigos, y luchen hasta que haya algún triunfador, pero nada mas llega papá o mamá a poner el orden y se vuelven los mejores aliados.

Por ejemplo, mi hijo mayor está tratando de ahuyentar a su hermano para que deje sus juguetes en paz, y el otro necio no cede, entonces llega papá a ayudarle y trata de llevarse a el más pequeño diciéndole que deje de molestar a su hermano, entonces en ese momento Deus deja todo lo que está haciendo, se enfrenta a su papá valientemente y le dice en tono de reproche: NO papá, déjalo. Y todavía para rematar le dice a su hermanito: no pasa nada Beto. 

O viceversa Beto el más pequeño no habla, pero si ve que estás reprendiendo a su hermano, comienza a hacer una clase de gruñido (como de un animalito feroz) te grita, te agarra de la pierna (cualquiera que viera el drama que hacen éstos nenes por un "dije que no más dulces" ó "te voy a castigar" nos envían a la Institución encargada de el bienestar de los menores, en México el DIF) en fin como ya dije todo un drama.

Pero no sólo mis hijos, todos los hermanitos se defienden incondicionalmente, se esconden sus travesuras, se contrabandean las galletas, se consuelan cuando el otro ha sido regañado, etc.

Es más hasta cuando se enferman existe ésta complicidad de la que hablo, porque se enferma uno y casi inevitablemente cae el otro, así que son compañeros de fiebre, a veces de vómito, de toma de medicinas (me encanta el apoyo moral que le da tortugueus a su hermanito).

También cuando no quieren comer, tal vez a alguno le gusta mucho lo que acabas de cocinar, pero si ve que el otro no quiere comerlo, se solidariza con el y tampoco lo come, bueno eso no pasa siempre pero muchas veces sí,y ni se diga de cuando se trata de comerse los vegetales, es como una protesta de dos (o tres, o cuatro) depende de cuantos hijos tengas.

Y bueno hay muchas situaciones en las que los hermanos unen sus fuerzas para conseguir el mismo objetivo o simplemente para, inconcientemente, reforzar más ese cariño fraternal, como cuando se lastima uno y el otro le soba, cuando quieren un dulce, cuando se hacen las compras y piden algo que les encanta a los dos, cuando salen de paseo y quieren hacer una parada en el parque, cuando lloran, cuando ríen, es más hasta cuando hacen berrinche y sin embargo todo ésto es de lo más hermos que puedes ver cuando puedes apreciar la relación que se tiene entre hermanos, no importa la edad, aunque aquí sólo especifiqué lo de los más pequeños. Pero tener hermanos es lo más maravilloso del planeta.
photo credit: Hermanos via photopin (license)

domingo, 27 de marzo de 2016

Las mini peleas

Siempre estuve consciente de que en algún momento las discusiones de hermanos entre mis hijos llegarían a esta familia, pensaba: "cuando tengan como 4 o 5 años ya me imagino los agarrones que se van a querer dar por algún juguete o por el programa que estuviera en la tele o por alguna otra tonta razón" así era mi inocente idea.

Nunca me imaginé que al tener 1 y 3 años respectivamente comenzarían estas salvajes mini peleas, y las llamo "mini" no porque las peleas sean pequeñas sino porque los protagonistas son realmente pequeños.

Debo mencionar que antes tortugueus casi no le hacía nada a su pequeño hermano, es más antes le dejaba tomar sus cosas o él mismo se las prestaba, tenía una especie de "inmunidad" a los maltratos de su hermano, pero tortugueto comenzó a gatear, y con ello pues claramente a desplazarse a donde se le antojaba, que por lo regular era en dirección a los juguetes de su hermano, al principio tortugueus aguantaba, pero nada más cumplir el año tortugueto perdió esa "inmunidad" y era víctima de empujones y a veces hasta golpes, la verdad es que me preocupaba mucho el hecho de que el más grandecito lo lastimara, el súper papá me "tranquilizaba" diciéndome que era normal y que en algún momento sucedería (claro, pero no tan abruptamente) de repente teníamos que llamarle la atención demasiadas veces a tortugueus porque literal lo sometía, lo rodeaba con un brazo y se le subía encima, o sencillamente se le sentaba en la espalda, lo empujaba, casi no le pegaba, pero nada más eso faltaba, y mi pobre chiquitín ahí estaba tras de los juguetes de su hermano, indefenso esperando misericordia.

O eso era lo que yo pensaba, porque pronto nos dimos cuenta de que de indefenso no tenía nada y así de pequeñito e inocente como lo veíamos tenía escondidos sus dotes oscuros de hermano menor. ¿Porqué lo digo? pues porque al pequeño tortugueto lo atrapamos con las manos en la masa, siempre que escuchábamos que empezaba a llorar el tortugueto (así se me ocurrió llamarlo) acudíamos al instante porque de seguro tortugueus (mismo caso) ya lo estaba maltratando, y éste a su vez ya andaba escondido en algún lugar porque bien que sabía que lo que hacía estaba mal, pero tortugueto no contaba con nuestra astucia, bueno no tanta más bien fue suerte, y es que un día por casualidad al pasar por donde estaban su papá vio que se tiró cerca de su hermano, comenzó a llorar y a sobarse la cabeza para que así pensáramos que lo había golpeado su hermano, yo al principio pensé que era una casualidad hasta que yo misma lo vi con mis propios ojos, no lo podía creer sólo tiene un año y nos engaño con mucha facilidad, a partir de ese momento comenzamos a darle a Deus el "derecho de la duda" y creo que ha funcionado bastante bien, al menos en el sentido de la justicia.

Ahora tortugueto ya no esconde sus negras intenciones y si quiere algo va por el, pero eso no significa que tortugueus sea muy tolerante y consecuente es ahí cuando la batalla de empujones, rasguños, golpes y piquetes de ojos comienzan y claro que el que las tiene más de perder es el totugueto. Lo que no significa que no haya hecho llorar unas cuantas veces a su hermano mayor, a veces me preocupa mucho el hecho de que se puedan lastimar mucho otras veces me relajo y pongo algún video divertido para distraerme claro que no dejaría que la sangre corra (bueno no tan literal) además tengo al súper papá que me apoya mucho.

Y bueno sobre este tema podría hablar muchísimas cosas pero eso ya lo haremos poco a poco en otras ocasiones. Lo que sí la moraleja: cuando peleen tus hijos escucha las dos versiones, o en casos de pequeños muy pequeños observa a los dos y toma en cuenta el carácter de cada uno para no cometer injusticias.

Espero poder escribir más seguido, la verdad es que me gusta mucho hacerlo pero a veces hace falta tiempo, así que espero saludarnos muy pronto.

martes, 19 de enero de 2016

Corro, Vuelo, Me acelero

No sé ustedes, pero una vez que un bebé aprende a desplazarse por sí solo ya no hay quien lo detenga; ya sea gateando, rodando, sentado, o recargado en algún objeto, la casa se vuelve suya y nosotros tenemos que estar como locos detrás de ellos para evitar que les suceda algo, como que les caiga encima todo lo de la mesa por que ya jalaron el mantel, o los aplaste el árbol de navidad en épocas decembrinas, o que se aplasten los dedos con los cajones del escritorio, en fin muchas cosas.

Pero a veces algo parece conspirar en nuestra contra, hay días buenos, malos, tranquilos, y agitados, y no niego que es muy divertido pero que angustia cuando lo ves sentado entretenido con algo y al siguiente instante cuando sólo volteaste para mover la cacerola del arroz ya no esta ahí ¡No está!

Aquí una serie de cómicas y accidentadas situaciones de esta etapa, cuando tengo un poco de paz la verdad es que me río de mi misma, sólo de imaginarme como me veo al borde de la histeria no lo resisto.

1. Los utensilios de cocina.

No sé exactamente que es lo que tengan estos artefactos pero pareciera que tienen un conjuro de atracción hacia los bebes, las cucharas, las cacerolas, las flaneras, los moldes, los vasos, etc, por más que tengan los mil y un juguetes coloridos a la mano dale una cacerola y una cuchara y lo tendrás entretenido un buen rato, en mi caso estos utensilios los tengo a nivel bajo así que Beto fácilmente tiene acceso, nosotros "inteligentemente" le cerramos el paso a la cocina con algún mueble pequeño o una caja ocupada pero no contamos con la sagrada bondad de mi hijo Deus que muy amablemente le abre el paso para seguir jugueteando por doquier. Ven, Conspiración

Claro aunque los nenes están más grandes los utensilios de cocina siguen siendo igual de atrayentes, deberían ver qué bonita orquesta de percusiones se forma, los perros aullan como verdaderos ángeles.

2. Fastidio por aquí, fastidio por allá.

Eso, a penas lo sacaste de un lugar peligroso y limpiaste la escena del crimen, ya está en otro sitio haciendo de las suyas, lo quitas de ahí, y de nuevo, eso multiplícalo por las veces que te plazca. Y para darle un toque más en cuanto comienzo a llamar la atención acude de inmediato el "defensor de la justicia Deus" (después haré una entrada de este tema) al rescate de su hermano como si le estuviéramos haciendo algo realmente grave.

3. Los golpes.

Con esta etapa también viene la época de los golpes, los moretones, los chipotes, así que hay que estar muy alerta, pero indudablemente de que se dan se dan. Y es que lo más frustante es que aveces sucede en tus narices, luego tratan de alcanzar objetos se resbalan y caen, o simplemente gateando se les va una manita y se golpean la carita, no te sientas mal, también es necesario que ellos aprendan a conocer lo que es peligroso por si mismos, claro que no vas a dejar que se caiga por la escalera o se aviente desde la cuna o la periquera pero hay golpes que son inevitables. No te sientas mal, es algo por lo que todos pasamos.

 4. Las tomas de corriente.

Ojo mucho cuidado con esto, pon protectores, o bloquéaselas con algo, porque es otra de las cosas que tanto les atraen, aunque hay unos verdaderamente pillos, nunca olvidaré cuando me llevaba a mi hijo mayor al trabajo y comenzó a gatear, mi jefe puso protecciones en todos los contactos para que estuviéramos más tranquilos, pero nunca olvidaré la sensación que tuve cuando Deus llegó hasta mi lugar se sentó, me mostro sus manitas y ¡Oh sorpresa! ahí estaban todos los protectores que el muy amablemente quitó, y solo me descuide un pequeño instante. Así que ya saben.

5. Flash.

Que alguien por favor me explique la velocidad de esos pequeños, a veces te das cuenta de que están cometiendo alguna travesura, te diriges al lugar de los hechos y como pequeños criminales ya no están, son tan rápidos que siempre me sorprenden, y más cuando voy detrás de mi niño y se me escapa como agua entre las manos, parece de mantequilla.

6. Las cajas de juguetes.

Como ya saben explorar, ya no esperan a que tu les des las cosas en sus manitas, siendo aún tan pequeños sorprendentemente se despachan ellos solos y consiguen sus objetivos, así que por alguna fuerza divina o yo que sé consiguen abrir las cajas (baúles, cajoneras tambos o en lo que guardes sus juguetes) y literal los derrocan. En mi caso la fuerza divina lleva el nombre del hermano mayor, aunque probablemente a éste si lo ayudo alguna.

7. Campo minado.

Y claro, no podía faltar que como van por todos lados con lo que llevan en las manos, se encuentran una cosa, y dejan otra la casa de verdad parece un campo minado, mi desventaja mayor es que me encanta andar descalza por la casa, así que mis pies sufren de verdad, en mi interior maldigo a los creadores de esas marcas de juguetes tan conocidas y a las no tan conocidas, pero claro, recoges algo, y de camino a llevarlo a su lugar ya pisaste otra cosa, la historia de mi vida.

Bueno éstas son algunas de las cosas que he vivido en ésta etapa en la que se encuentra mi bebé, con el mayor también me pasaron muchas cosas, como el que se quería subir a las cosas, apagaba el cpu, se llevaba los zapatos, tantas cosas, pero al final de todo la verdad es que esto es completamente maravilloso, es muy divertido ver como mi eposo está vuelto loco o como Beto se le encima a su hermano y el pobre no sabe que hacer porque sabe que está más pequeño.

En conclusión hay que disfrutar mucho esta etapa con todo y sus subidas y bajadas, como lo es todo en la vida, no hay nada más reconfortante que sentarte en el suelo y ver como tu mini-godzila acaba con el mundo. Chao :)

photo credit: determination via photopin (license)

sábado, 16 de enero de 2016

Mi Segundo Primer Año

Cuando supe que iba a tener a mi segundo bebé mi mayor preocupación era que mi primer bebe aún estaba muy pequeño (1 año) fuera de eso no tuve mayor preocupación, pensé que con la experiencia del primero y con el poco tiempo que se llevaban no iba a tener mayor dificultad, pensé que tenía ventaja. Me equivoqué.

Y es que yo sé que todos los bebés son diferentes; pero jamás me imaginé que mi Betito fuera la otra cara de la moneda de su hermano, es más desde el momento que nació quedó marcada esa diferencia, ya que a  último momento decidió nacer sentado, y un poco antes de tiempo, y claro por cesárea, el tuvo que quedarse un día más que yo en el hospital.

Los primeros días fueron difíciles para él, para mi, para todos en general, para colmo nació a 3 días de que comenzara el invierno, y como aspiro meconio al nacer me dijeron que tuviera cuidado porque podría estar delicado, así que cuando llegamos a casa me sentía muy ansiosa y con miedo. 

Mi bebé era realmente demandante, cuando tenía hambre lloraba como si algo malo le pasara, pensaba que sufría de cólicos por el llanto que tenía, si me tardaba un poco más de la cuenta para descubrirme y darle de comer ya era motivo para que llorara desconsoladamente. 

Pasaron las primeras semanas y seguía igual, sólo quería que lo tuviéramos en brazos, a penas lo colocábamos en la cama, o en el porta-bebé, pegaba el grito en el cielo, a veces me desesperaba un poco porque no podía hacer nada cuando estaba despierto ya que sólo lloraba, mi esposo siempre estaba a mi lado pero mi bebé siempre quería estar conmigo, así que no podía hacer mucho.

Luego a los 2 meses vino la bronquiolitis, maldita bronquiolitis, nunca en mi vida he tenido tanto miedo como el día que me dijeron que mi hijo se tenía que quedar hospitalizado por "dificultad para respirar" fueron los días más largos y desesperantes para mi y mi familia. Después de ese suceso me daba miedo todo, no quería que saliéramos a ningún lado. Me lo llevaba al trabajo pero todo el tiempo con temor, a los 3 meses la maldita regresó, pero desde el principio noté que la tos que tenía no era normal, era como en la vez anterior, así que esta vez no me tomó tan desprevenida, lo llevamos de inmediato a urgencias, con temor por supuesto, por fortuna no tuvo que quedarse regresamos a casa con medicamento pero juntos.

Con todo esto la entrada a la guardería se iba posponiendo, porque claro no estamos en posición de dejar de trabajar, pasaron 2 meses tranquilos y a los 5 meses ¡De nuevo bronquiolitis! La verdad es que estaba muy angustiada a penas estaba bien, cambiaba el clima y volvía a recaer, notamos que en la casa donde vivíamos había humedad así que no lo pensamos 2 veces y nos mudamos, todo mejoró.

Mi otro tormento fue que no quería tomar del biberón y no quería comer nada de nada, solo quería pecho, así que comenzó a tener peso bajo insistíamos pero no funcionaba nada, así que después de tantos consejos decidí ser un poco cruel, poner mano firme y no darle nada de pecho, funcionó, pero a la semana de que comenzó a comer se enfermo de nuevo :( esta vez le dio infección de la garganta, le mandaron antibiótico, extrañamente me sentí más tranquila porque era algo que estaba en mis manos, darle su medicina a tiempo y cuidarlo, no me sentía tan impotente, pero no todo era bueno, después del antibiótico de nuevo no quería comer nada, sólo leche, la situación mejoró al poco tiempo. Aunque hasta la fecha es algo con lo que seguimos batallando.

Después vino la guardería, debo aceptar que dio un cambio importante no tenía que estar con él a cada instante (me refiero a que ya podía dejarlo en su cuna o en su sillita sin que fuera todo un drama) y eso me tranquilizó bastante.

Con todo lo que había pasado, siento que nos volvimos demasiado sobre-protectores con él, lo estimulábamos poco en comparación de su hermano así que siento que tardó un poco en hacer ciertas cosas, aunque ahora es un remolino imparable que gatea por aquí y por allá detrás de su hermano, quien lo adora y lo protege de todo, verlos jugar es un regalo del cielo que no cambiaría por nada.

He leído en varios lados que la forma en que nace un bebé influye mucho en su carácter, y creo que es totalmente cierto, me imagino lo difícil que fue para mi nene llegar al mundo, tener una complicación y ser apartado de su madre, que era la persona que más escuchaba cuando estaba dentro de mi vientre, el pensar en lo solito y desprotegido que se sintió, me hace llorar inevitablemente. 

Este año ha sido un poco difícil y muy diferente, con cosas nuevas que no vivimos con nuestro primer hijo, todo fue diferente, pero aún así mi segundo primer año de mamá ha sido espectacular y lleno de alegrías. Sí, mi bebé es enojón, berrinchudo, llorón, exigente, impaciente, pero es realmente tierno, amoroso, su sonrisa ilumina cualquier habitación, adora a su hermano, es muy sociable y juguetón, así que lo adoro tanto como a mi Deus. Así que Gracias a Dios por el primer año de mi segundo bebé.

Esta entrada fue bastante larga, incluso así solo pude resumir lo difícil del primer año de mi segundo nene y me faltaron todas las alegrías que nos ha dado, ya será en otra ocasión.