domingo, 21 de junio de 2015

Consejos para los primeros días del bebe

Como dije en mi último post, los primeros días del bebé son realmente difíciles y aterradores, y más cuando eres mamá primeriza.
Es por eso que decidí escribir algunos consejos que creo que serán de utilidad si estás pasando por estos felices y complicados momentos.

1. Conserva la calma.

Primero que nada ten en mente de que nada va a volver a ser igual, y que muchas cosas no serán como las imaginabas. Trata de no ponerte de mal humor y menos con las personas que solo quieren ayudarte, la maternidad es como las emergencias, si te pones histérica nada se solucionará.

2. Conoce a tu bebé.

Sé que al principio el llanto del bebé puede ser verdaderamente frustrante, te preocupa el no saber que le pasa, si le duele algo, si tiene hambre, sueño, esta sucio del pañal; a esto le sumamos que tu cuerpo no esta en las mejores condiciones porque literalmente te duele todo y no tienes la agilidad que quisieras para acudir de inmediato. Tranquila, toma en cuenta que el llanto es su única forma de comunicarse, no necesariamente tiene que ser algo malo, pronto reconocerás qué es lo que necesita o si tiene alguna molestia. Imagina lo cómodo que estaba en tu vientre y ahora se enfrenta a un mundo enorme.

3. Aprovecha los momentos en calma.

La hora de la siesta de tu bebe es el momento ideal para muchas cosas, ya sea almorzar o darte un baño o recuperar unas horas de sueño. Relájate un poco, observa como duerme, no sabes que reconfortante y tranquilizador puede ser esto, el verlo ahí después de una larga espera, tan tranquilo y contento no tiene precio.

4. Aprovecha las visitas.

Principalmente las visitas de tu mamá o tu suegra o en otros casos de tus hermanas, tus cuñadas o alguna amiga de mucha confianza, ese tiempo es valiosísimo en ese lapso puedes bañarte con calma, comer tranquilamente y tal vez arreglarte un poco no está demás.

5. ¡No olvides a tu esposo!

Con tanto movimiento y locura por el nuevo bebe, a veces olvidamos, sí lo acepto, a la persona sin la que todo esto no sería posible y es el nuevo papá. Demuéstrale que sabes que sigue ahí, apoyándote, acompañándote, y porqué no, soportándote, involúcralo en todo, ya sea el baño del bebé o el cambio de pañal, y también dale tiempo, platica con el, pregunta cómo le fue en el trabajo o si pasó algo durante el trayecto; todo lo que esta pasando también es nuevo y difícil para él, así que también necesita que lo escuchen y que mejor que sea su compañera de vida quien lo haga. Además aceptémoslo, muchas veces estamos ansiosas de que llegue para relevarnos y tener un respiro.

6. Organízate.

Hay muchas cosas que como primerizas no sabemos hacer, como el cambio de pañal o el baño.

Para estas 2 situaciones en específico:
  • Ten a la mano todo lo que vas a ocupar, toallitas húmedas, pañal, cambiador, pomada. O para el baño su toalla, su ropa, el jabon, la bandejita para el agua, la crema o aceite, si le pones loción, esto ayudará a que el proceso sea más rapido.
  • Prepara otra muda, porque nunca falta que al bebé le de frío y haga de las suyas.
  • Trata de que al momento de cambiarlo o bañarlo este tranquilo, porque si está llorando solo empeorará y te pondrá nerviosa haciendo que probablemente entorpezcas y te tardes más en la labor.

7. Cuídate.

No eres la mujer maravilla, toma en cuenta que el parto es un momento complicado para tu cuerpo, necesita recuperarse para volver a la normalidad, acepta la ayuda de tu familia, sí, es probable que no se hagan las cosas como estás acostumbrada a hacerlas pero agradece el esfuerzo de los demás (sobretodo de tu esposo) y descansa y aliméntate bien, recuerda que ahora hay una personita que depende completamente de ti, y tienes que estar sana para poder cuidarla.

8. Háblale a tu bebé

Así como le hablabas cuando estaba en tu vientre hazlo ahora, él conoce perfectamente quien eres y oir tu voz lo reconforta y tranquiliza incluso cuando está dormido.

9. No temas ser exagerada.

Recuerda que estás aprendiendo, hay situaciones que nos asustan mucho, no temas acudir al doctor si piensas que algo va mal con tu pequeño, no te avergüences es mejor "exagerar" que andarte culpando y lamentando después.

Y por último.....

10. Disfruta cada instante.

En ésta época en que es más importante compartir en facebook que vivir el momento, nos perdemos de muchas cosas, recuerda que tu hijo sólo será bebé una vez, las redes sociales, los dispositivos y la tecnología seguirá evolucionando, pero los momentos que te regale tu pequeño jamás volverán, es muy hermoso poder capturar ese momento en una foto pero si no tienes tu cámara o celular a la mano resígnate y disfruta.

Estos son consejos que te doy de acuerdo a mi experiencia, recuerda que al final de cuentas tú eres la que decide qué es lo mejor para tu bebé, no temas seguir tu instinto de madre ya que pocas veces falla.

miércoles, 3 de junio de 2015

Los primeros días del bebé

Apuesto a que muchas mamás primerizas se sentirán identificadas con esto.

Por fin vas a salir del hospital con tu pequeño, te despides y agradeces a las enfermeras y doctores que te atendieron, y piensas que ya te vas a casa disfrutar de tu bebé; ves a tu esposo o a tú mamá en algunos casos y sientes unas ganas incontenibles de llorar, de que te abracen y solamente llorar, porque estás muy feliz, porque pasaste un momento muy difícil y doloroso, porque no puedes creer el maravilloso ser al que le diste vida, porque te sentías sola, en fin por muchos sentimientos encontrados.

Después pasas por todos los protocolos de seguridad del hospital, y cuando se termina la identificación y te felicitan te sientes inmensamente feliz; pero tan sólo unos minutos después ya en el auto entras en pánico cuando el bebé te pide de comer, y remover el cobertor y tu ropa para poder alimentarlo se vuelven una misión imposible, te desesperas un poco y piensas: "Dios, era tan fácil cuando la enfermera me lo pasaba y solo traía puesta la bata".

Ya en casa, y después de una gran bienvenida, hay tranquilidad, que dura 5 minutos porque el bebé pide de nuevo de comer, además que tiene sucio su pañal, lo cambias nerviosamente porque no deja de llorar al momento que lo haces, y crees que probablemente lo estas lastimando o le duele algo porque de verdad ¡Cómo llora!

La primer noche es realmente frustrante, porque para empezar te duele cada centímetro de tu cuerpo, te mueves muy lento pero quisieras ser Flash para poder estar ahí en el momento en que empieza a llorar, a parte de que estás realmente cansada y tu esposo ni se diga después de estar al pendiente de ti cada momento. Le das de comer al bebé y estas angustiada porque no saca el aire y tienes miedo de que le de cólico, cuando se queda dormido de nuevo ahora eres tú la que no puedes dormir:
¿Y si llora y no lo escucho? ¿ Y si no está respirando y no me doy cuenta? ¿Y si se le regresa la leche y comienza a ahogarse?
 La segunda noche es igual de difícil, pero al menos ya sabes lo que te espera.

El primer baño ¡Que miedo! la verdad es que gracias a Dios mi mamá nos ayudó a bañarlo la primera vez (bueno cuando digo ayudó realmente me refiero a que hizo todo el trabajo difícil, y nosotros torpemente la asistíamos) pero te da mucho temor, de que se resbale, o trague agua, o le entre agua en los ojos o los oídos, y a parte de todo si llora desconsoladamente te angustias más.

Pasan dos días tal vez y entras en pánico porque no ha evacuado, y te alarmas, que tal si no está funcionando bien su intestino, y si le duele, no sabes si seguir dándole de comer porque no saca nada, no sabes si llevarlo al hospital; y luego...

...los cólicos, malditos cólicos, te sientes tan impotente, porque llora y llora y por más que haces no puedes calmar sus llanto (por eso precisamente es bueno hacer que saque el aire después de comer) y así es hasta que poco a poco te acostumbras y comienzas a controlar la situación y a no querer correr en círculos cada vez que llora desconsoladamente.

Sí, es muy difícil, porque cuando estás en el hospital estás rodeada de doctores y enfermeros que saben como actuar, pero cuando sales y estás en tu casa te enfrentas a todo lo desconocido. A todo eso le sumamos que casi no duermes, que te miras en el espejo y te dan ganas de llorar de verte tan demacrada, que tu esposo se tiene que ir a trabajar y te gustaría que se quedara todo el día contigo, que tus horarios de comida están completamente descontrolados, que no puedes tomarte un baño que dure más de 10 minutos, que produces mucha leche o al contrario no produces casi nada; en fin, incontables cosas que suceden. Y cuando crees que no puedes, que la angustia es tanta que sólo quieres llorar, lo ves ahí, acostado, con esa fragilidad, con su carita llena de inocencia, y te sientes en el cielo y es justo en ese momento en que sabes que todo, lo que sea, vale la pena, cada detalle, cada esfuerzo, cada lágrima todo vale la pena si puedes disfrutar ese momento de verlo dormir.

En el siguiente post consejos durante estos primeros días tan difíciles.

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