martes, 27 de febrero de 2018

Los frijoles mágicos

Hace no mucho mi tortugueto cambió de psicólogo, la verdad no tenía mucha confianza, porque es muy difícil que mi nene se acostumbre a una nueva persona, cosa con la que también estamos trabajando. 

En fin cuando llegamos con la nueva doctora, sucedió lo que siempre me sucede, voltea a ver mi rostro, hace una pequeña mueca de desagrado y cambia totalmente su tono cordial con el que me saludó. Esto es porque me veo muy joven, pero no lo soy tanto ¡Tengo 27! casi siempre piensan que soy menor de edad ahí mi problema. Pero incluso si así fuera no considero que alguien tenga el derecho a juzgarme.

Comenzó a hacerme las mil y un preguntas de siempre, primero me dijo: "¿el niño tiene padre?" en serio, de todas las preguntas que pudo hacerme al principio ésta fue la que eligió, le respondí que sí, 
luego preguntó si es que vivía con el, misma respuesta, preguntó en que tipo de vivienda vivíamos, si estaba en buenas condiciones, si era madre trabajadora o ama de casa, si fue un hijo deseado y si fue planeado,  bueno una serie de preguntas más que cada vez me hacían sentir peor, ¿pues qué clase de persona nos creía? Después con la cabeza un poco fría decidí que ese era su trabajo, indagar en lo más profundo para ver el problema.


Nos dijo que no tiene establecidos límites, que somos muy consentidores, que nos dejamos manipular fácilmente por el, y que el tortugueto sabe que nos tiene en la palma de su mano -básicamente es lo que dijo- lo que a mi más me podía es que lo decía con tal seguridad que pareciera que siempre está en la sala de nuestra casa observando el comportamiento de todos.

No les haré más largo el cuento, dijo que empezaríamos con una terapia sensorial, con ¡frijoles! ni siquiera tenía idea de que se les podía dar un uso terapéutico. Primero no sabía si hablaba en serio, cuando comenzó a decirme en qué consistía todo tenía más sentido.

Me dijo que en su tina de baño, sin agua, metiera 3 kilos de frijol de diferentes colores, luego que lo metiera en ropa interior únicamente, y lo masajeara con los frijoles, que muy probablemente no le iba a gustar la sensación. Y el reto que tenía que cumplir es llenar un frasco frijol por frijol para incrementar su atención en algo. Amigos míos, con pesar les digo que no lo conseguimos, verán  al tortugueto no le interesa en lo más mínimo llenar el frasco, sin embargo eso no significa que fuera infructuoso que lo metiéramos a los frijoles, el tiene una forma muy suya de concentrarse en ellos, con su manita los toma y los separa y de todos me da el que él considera el más bonito, si encuentra uno mejor me lo cambia, así pasa largos momentos y a comparación de lo que yo creía le agradó estar ahí, él mismo pide que le hagamos la terapia y queda muy tranquilo y satisfecho después de hacerla.

Los frijoles no fue lo único que me recomendó, pero ha sido lo más relevante en estas semanas, de lo demás les contaré despues.

Por último, puede que la doctora tenga muy mala impresión de mi y que la verdad no me sea muy agradable, pero confiaré en que sabe lo que hace, ella es la psicóloga después de todo, así que le daremos una oportunidad.

Aquí termino mi reporte.

Photo by Digital Buggu from Pexels https://www.pexels.com/photo/beige-and-purple-beans-176169/

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