miércoles, 17 de enero de 2018

Don Berrinchitos


Bueno pues solo para ponerlos al tanto mis tortuguitos ya están muy grandes, bueno aún son tortuguitos, mi torgueus casi cumple 5 y mi tortugueto acaba de cumplir los horrorosos 3.

Lo que me lleva al tema que vengo a platicar, y es que no está tan mal tener 3, claro, pero eso cambia totalmente cuando hablamos del tortugueto, y es que ¿cómo decirlo? el más pequeño de mis tortuguitos tiene desde muy chiquillo un carácter "difícil" y cuando digo difícil me refiero a endemoniado.

Lidiar con su mal carácter puede llegar a ser una hazaña, porque una cosa muy pequeñita puede hacer que se desaten las mismísimas llamas del infierno, bueno, no es para tanto pero creo que se podrán imaginar lo que pasa cuando se le dice la palabra más odiada: "No".

Les explico un poco, primero que él es el más pequeño, así que tiene un hermano defensor todo terreno, segundo desde pequeño fue un poco enfermizo, así que lo cuidábamos demasiado (sí, sobreprotegido) y por último desde pequeño tiene un carácter muy fuerte, si suman todo eso, tienen un pequeño monstruo destruye planetas.

Pero en fin, su educadora muy preocupada me mandó llamar un día para ponerme al tanto del comportamiento de mi hijo, y es que no solo eran berrinches de esos en los que parecen poseídos y necesitan un exorcista, no, era cosa de que se enojaba y comenzaba a golpearse la cabeza contra el suelo, nada tonto, no lo hacía tan fuerte para no lastimarse pero sí para alarmar a los demás (tal vez está mal que yo lo diga, pero siempre admiré su flexibilidad para que aún parado su cabeza pegara en el suelo, lo siento tenía que decirlo).
La educadora me dijo que era algo muy alarmante, a parte de los golpes no quería hablarle a nadie, ignoraba triunfalmente a todas las maestras de la guardería, parecía como si sólo el estuviera en la estancia y hacía lo que le venía en gana.  Me preguntó si lo maltratábamos, si teníamos problemas en nuestro matrimonio, si habíamos sufrido una pérdida bueno para no hacerla larga me hizo un interrogatorio completo y pensé (éste chamaco ya les agarró maña) porque casualmente y aunque su vocabulario no era muy extenso en la casa no paraba de hablar, cuando quería hacer berrinche lo parabamos al instante (no negaré que a veces si eran incontrolables) y bueno muchas de sus conductas no tenían nada que ver con las que la educadora me mencionaba, sin embargo le hice caso de llevarlo al psicólogo el cual me dijo que algo que le iba a ayudar mucho era ampliar y mejorar su lenguaje para podernos entender entre nosotros. Y la verdad es que funcionó perfecto, ahora que ya habla un poco más puedo explicarle porque puede o no hacer las cosas, porque debe hacer ciertas tareas y porqué no está permitido que se comporte de ciertas formas y él también ya me dice qué es lo que quiere, lo que le gusta y lo que no, y con todo esto aunque ya nos entendamos mejor, aunque ya habla más, aunque ya interactua con las demás personas, que ya obedece un poco más, aún así, con todo eso, cuando algo de lo que el quiere no se puede o no se debe hacer se desencadena toda una guerra donde el sobreviviente es el más fuerte y debo confesar que hay batallas donde ganamos y otras donde simplemente levantamos la bandera blanca. 

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